Fotos en casa para Segundo.
¡Amo cuando la sesión es un regalito! Y cuando la que regala es la madrina es toda una aventura de amor y ternura. Porque el amor de tía es único. ¡Lo que nos desarman los sobris no se puede explicar o poner en palabras! Pero ver al sobri es querer dejar todo lo que estamos haciendo para llenarle de besos, abrazos y apretujones. ¿Se nos pasará en algun momento esa necesidad de acurrucarles constantemente? Mi sobri mayor tiene 9 y a mi no se me pasa ni un poquito jajaja. Todo lo contrario, con cada año que cumple mas ganas me dan de tenerle cerquita, se me hace que prontito se va a «dar cuenta» de que puede ponerme límites y ese día me va a romper el corazón JAJA
Tía Doris.
La tía se encargó personalmente de casi todo… No solo me buscó, me encontró, me contrató y estuvo asistiéndome también en la sesión. ¡Sino que tambien hizo hasta algunas de las ropitas hermosas que Segundo tiene puestas en esta sesión!
Cuando voy a domicilio a hacer fotos sin poses, realmente no preparo demasiado. Porque justamente voy a contar la historia de esa familia, cómo es un día normal, cuáles son esos pequeños detalles que les identifican y que el día de mañana les emocionará volver a ver. Mientras charlamos, mientras me cuentan cuáles son sus actividades diarias y vamos jugando con les mas peques, las fotos empiezan a salir. Por eso, cuando la mamá de Segundo me contó que estaba preparando entre otras cosas vestuarios, canastos y mantas, enseguida me pareció un gran desafío porque no sabía bien con qué iba a encontrarme. ¡Y qué sorpresa hermosa cuando llegué y pude conocerles y conocer sus espacios! El detalle y amor que le ponen a cada ambiente es el mismo que le pusieron a este encuentro. El mismo con el que se dedicaron miradas y sonrisas cómplices. Para mi fue una gran y hermosa experiencia. ¡Gracias por invitarme y dejarme ser parte!
Entonces…
Si querés dejar en mis manos este recuerdo único, ¡no dejes pasar el tiempo! Solo tomo 2 sesiones por semana, también en pos de cuidarnos entre todes.