Día de la madre.

DÍA DE LA MADRE

En el día de la madre, no puedo evitar pensar en ellas…

…Y es que a algunas mujeres somos mamás antes de quedar embarazadas. Buscamos a ese hijo desde mucho tiempo antes, sufriendo cada test negativo, cada consulta médica en la que la respuesta es «tenes que estar tranquila, sos joven, vayan de vacaciones». Sufrís cada vez que algún familiar o amigo te pregunta «¿para cuándo?». Muchas mamás, lo somos desde hace mucho. Debo reconocer que en mi caso he sido afortunada, porque mi búsqueda solo duró tres años cuando en descena de casos, empezaron antes y que aún no han llegado a destino. Ya van a llegar. Mi corazón lo sabe.

Existen mujeres madres esperando por sus hijos, por su primer hijo, durante mucho tiempo. Y el corazón se le rompe un poco cada vez que parece que ese sueño se vuelve a alejar lo suficiente, como para volverse imposible. Ellas pasaron por mucho. Especialistas, instituciones varias, IA, por FIV, Icsi, Ovodonación… De la esperanza a la desesperanza y al revés, una y otra vez. Analizaron la adopción y aunque muchas ya estén sobre esas vías también, parecería ser que tampoco eso es fácil. Demasiada burocracia para todo. Demasiado difícil dejarnos amar.

Quizás porque estoy en ambos lados de la historia…

…es que este día me resulta también un momento para reflexionar. Más allá del significado obvio, más allá de que todos los días sean nuestro día; detenernos un momento y reflexionar. Por un breve instante, apelar a nuestra capacidad de entendimiento y comprender, en sus más profundos significados, el regalo de ser mamá. Lo magnífico y milagroso de gestar. Gestar en el vientre, pero también gestar desde el deseo. Porque aun sin bebé en la panza, el deseo nos va convirtiendo de mujeres a madres. Hasta que un día, por fin, ese primer hijo llegue. Para algunas el camino será más corto. Para otras, un poco más largo y sinuoso.
¿Cuál es mi anhelo en este Octubre y los que vendrán? Que ese poderoso deseo nos una. Que el amor nos acerque y que la empatía se abra paso. Y que pronto, muy pronto, todas podamos festejar juntas, en una unidad invisible pero gigante, tan imponente que no haya mujer que si así lo quiere, no se sienta madre… Aunque por ahora, solo se encuentre en el camino que la llevará a serlo.

Por último…

Gracias a todas esas mujeres mamás, que son parte de las casi 5000 «me gusta» que me siguen en el día a día. Infinitamente agradecida porque me eligen y porque ven en mi antes que nada una persona en quien confiar. Gracias por hacerme parte de la historia de su familia, devolviéndoles en fotos mi mirada, mi arte. Gracias por ser personas hermosas; porque todas las madres que he conocido han sido maravillosas: mamás que parieron, tías que se desarman por sus sobrinos, abuelas a las que el corazón se les sale del pecho por besar a sus nietos, amigas/madrinas que descubren con ese ahijado un sentimiento que no conocían. Gracias, gracias, gracias. Soy una madre-mujer-fotógrafa, que no se cansa de sonreir ante la evidencia indiscutible de tanto amor.

 

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