Mi saludo de fin de año.
El inicio de un año más está a punto de acontecer y debo reconocer que apenas tuve tiempo para el famoso balance.
Podría decir que 2018 se caracterizó por tenerme «cortita» con los tiempos y hacerme correr mucho. Necesité más horas de las que el día me daba. Fue un año de acostarme muy tarde, de tener pocas horas de descanso(insisto conque dormir no es descansar, ja!).
De tratar de llegar con todo: Con las familias que eligen mis fotos, con mis hijas que siguen creciendo a pasos agigantados, con marido que es demasiado groso en cada papel que le toca en nuestra vida juntos, conmigo misma, que de vez en cuando necesito un rato con mi soledad. Y sin contar que ademas soy hija, hermana, amiga, cuñada, tia, tallerista y varios etcéteras más.
Como cada año…
…por suerte, conocí gente maravillosa otra vez. Personas nuevas, que me llenaron de saberes nuevos. Y tambien siguieron siendo parte de mi vida personas lindas, que no tienen idea de que en verdad me sostienen, me alientan, me empujan hacia adelante. También maduré muchas ideas y otras todavia estan en etapa de germinacion, pero ya se las ve fuertes y decididas; desterré prejuicios varios y no saben lo feliz y emocionada que me pone poder decir eso. Mi lugar como mujer en esta sociedad y el amor y conviccion por mi tarea de maternar, son disparadores indiscutibles de muchos replanteos que me hice a lo largo del año y que hoy me hacen un poco más libre y muchisimo más feliz.
Aprendizaje y más aprendizaje.
2018 fue un año de mucho aprendizaje, de estar cada vez más cerca de donde quiero estar. Eso es algo que tiene una lista larga de agradecimientos y no quiero dejar de mencionr algunos:
Mi compañero, más allá de cualquier titulo, él siempre será «él». No todos tienen la suerte de encontrar un compañero de vida tan tempranamente. Yo la tuve y cada dia sonrío por eso.
Mis hijas, su llegada me mostró que se puede criar diferente. Que no es facil, pero que se puede y que vale la pena, por ellas y por el mundo (aunque suene utopico).
Mis viejos, que me mostraron el mundo y me dieron herramientas para amarlo y para cambiarlo.
Mis hermanos, que son adultos maravillosos y seres humanos dignos. No quiero tenerlos lejos nunca.
Mi familia, con la que tenemos mil diferencias, pero que nos amamos, y el amor todo lo hace posible.
Mi #tribu, ¿pueden ser mis salvadoras unas cuantas mujeres a las que nunca vi en persona? ¡Claro que pueden! Gracias por eso.
Mis ¿clientes?, me suena tan raro llamarlos asi. Porque lo son, pero a la vez son otra cosa. Son familias que me eligen para sus momentos de mayor alegria y felicidad, eso deberia ciertamente tener un nombre distinto.
Mis gurús jaja, hay unas personas bellas que me enseñan desde otro lugar. Desde los recuerdos algunas, desde el presente otras. No por casualidad, todas son mujeres y todas son grosas.
Entonces…
En una realidad propia de tantas cosas buenas, realmente no puedo desear más que no perder nunca esta brujula interna que nos permite estar en el camino correcto. Se que la mía está bien calibradita, es de las pocas certezas que tengo en esta vida.
Que llegue un 2019 maravilloso para todos. Brindo por más amor, por más empatía, por estar todos más cerca de donde queramos estar: Y que ojalá ese lugar sea de dignidad, de justicia y de felicidad para todos por igual.
Chin chin!
Si querés conocer más acerca de mi filosofía de trabajo: ¡Click aquí!